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Презентация. La conversión de Hispania al catolicismo

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LA CONVERSIÓN DE
HISPANIA AL CATOLICISMO
Que es arrianismo?
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Arrio
Arrianismo es una forma de religión cristiana, la
doctrina de Arrio, que niega la Trinidad (el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo), pues rechaza la naturaleza
divina de Jesús Cristo. El arrianismo era la
confesión predominante entre los pueblos
germanos: ostrogodos, lombardos, burgundios y
vándalos también participaban de ella.
Vino a la Península Ibérica el arrianismo con la
entrada de los visigodos en 414. Los visigodos eran
arrianos desde la época en que el emperador
Valente les dio tierras en la orilla derecha del
Danubio, pues habiendo pedido a este emperador
que les iniciara en la religión de los romanos, les
envió el obispo Ulfilas, arriano, que les convirtió a
su doctrina. Pero, aunque las élites visigodas eran
arrianas, la mayoría del pueblo llano era católico.
Los primeros intentos de Leovigildo
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Los primeros pasos hacia la unificación religiosa del nuevo
reino visigodo, con capital en Toledo, lo iniciaron los hijos
del rey Leovigildo, arriano sincero y convencido. Leovigildo
(571/72-586) intentó unificar todo el reino, incluyendo el
aspecto religioso, y en esto último fue en lo único en lo que
fracasó, pues su pretensión era la conversión de sus
súbditos al arrianismo, con el grandísimo inconveniente de
que sólo una minoría, concentrada en gran parte en las
élites nobiliarias, era arriana.
Leovigildo intentó en el Sínodo de Toledo del año 580
convertir a su pueblo a una única fe y, dado que los
católicos se resistían, propuso una vía intermedia que
contentase tanto a arrianos como a católicos. Aceptaba la
divinidad de Cristo, como católicos, pero negaba la del
Espíritu Santo, como arrianos. El propio Leovigildo pudo
comprobar en vida cómo esta nueva doctrina fracasó, pues
chocaba con las creencias religiosas de los fieles de ambos
credos.
La rebelión de Hermenegildo
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En el año 573, Leovigildo asoció al trono como
corregentes a sus hijos Recaredo y Hermenegildo. Seis
años más tarde, Leovigildo casó a su hijo menor
Hermenegildo con una francesa católica, la princesa
Ingunda. Hermenegildo se convirtió al catolicismo por
influencia de su esposa. Fue designado gobernador de la
Bética y decidió residir en Sevilla.
El año 580, Hermenegildo se alzó contra su padre por
influencia de su mujer, que supo ganarse el apoyo de
buena parte de la nobleza sevillana y de toda la Bética,
con la disputa religiosa de fondo. Comenzó así un
conflicto que dividió a las facciones nobiliarias visigodas.
La conversión de Hermenegildo supuso un desafío abierto
a la autoridad de su padre, pues no sólo había
abandonado el arrianismo, sino que, además, buscó
apoyos en todos los enemigos de Leovigildo: bizantinos,
suevos y católicos.
La rebelión de Hermenegildo
• Hermenegildo se proclamó Rey en Sevilla
y acuñó su propia moneda. Pero el Rey no
reaccionó hasta el 582, cuando ordenó
asediar Sevilla. Hermenegildo fue
capturado, quizá en Córdoba, y murió allí.
El desafío a la autoridad real no debe
entenderse como un intento de usurpación
del trono, sino como un pulso religioso en
el reino.
• Fue canonizado en 1585 como mártir de la
Iglesia católica; es patrono de los
conversos y su festividad se celebra el
aniversario de su muerte, el 13 de abril.
La conversión de Recaredo
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Tras la muerte de Leovigildo en el 586,
ocupó el trono el príncipe sucesor
Recaredo, que se convirtió al catolicismo
en secreto poco menos de un año más
tarde. Será quien abandone
definitivamente la fe arriana como credo
oficial del reino, sin necesidad de
rebeliones ni violencia.
El 8 de mayo del año 589, el rey convocó
el III Concilio de Toledo para proclamar la
conversión del reino al catolicismo de
forma obligatoria y definitiva. Los obispos
arrianos se vieron obligados a abandonar
su credo. En el concilio, el Rey condenó la
doctrina arriana y todos los presentes en
el acto debieron renovar su fe
públicamente.
Las consecuencias de la conversión
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La influencia de los obispos católicos se extendió por todo el
reino de forma vertiginosa, ya que obtuvieron incluso
privilegios sobre otros funcionarios regios.
Un aspecto imprescindible de los concilios fue la legislación
civil y temporal aparte de la divina y espiritual: se insistió en el
carácter limitado del político para evitar divinizaciones y la
concentración excesiva de poder (no sólo del Rey) y los
abusos que pudiese acarrear: el Rey debía someterse, al
menos moralmente, a la misma ley que el pueblo.
Con la conversión al catolicismo, germanos y romanos dejaron
de ser dos pueblos distintos que tan sólo eran regidos por un
mismo monarca para constituir uno solo: todos los súbditos se
sometían a su misma fe. Además, los puestos de la
administración se reservaron tanto para unos como para otros.
La unificación del credo, además, rebajó las tensiones
sociales y familiares y eliminó las diferencias en la legislación,
en la educación y en la política.
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